De izquierda a derecha, Antonio Berlanga, gerente de ARO-oleum, y sus hijos e Ingenieros Agrónomos, Lucía y Álvaro.
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03/06/2024

La perseverancia y adaptarse a los cambios, claves para construir un puente entre las generaciones de Ingenieros Agrónomos

Recientemente, nuestro compañero Antonio Berlanga recibía la medalla de oro, por sus 40 años formando parte de la Familia COIAA. Lo recogía emocionado y con orgullo, acompañado de su esposa e hijos, Mª de la Paz, Álvaro y Lucía -éstos últimos- Ingenieros Agrónomos como él. El 2024 es año de doble celebración, pues es el 25 aniversario desde que constituyera su empresa AGRO-oleum Ingeniería. Ahí trabaja junto a su familia y un equipo multidisciplinar. Su estudio técnico de Ingeniería, ubicado en la localidad de Úbeda, en Jaén es el lugar donde sus hijos aprenden de él y él avanza con ellos. Es testigo de cómo toman el relevo de una profesión que les viene de cuna. Conocemos su pasión por el trabajo bien hecho transmitido a sus hijos, que le ha llevado a ser referente en el sector.

Carmen Egea. Responsable de Comunicación del COIAA

Profesional y personalmente, están unidos por un hilo irrompible. Con el paso de los años, demuestran que, en la familia, han encontrado el apoyo y la pasión por una profesión que los ha unido desde que nacieron. Antonio, Lucía y Álvaro son Ingenieros Agrónomos. El primero ya ha recibido el galardón por sus 40 años como colegiado del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Andalucía; los segundos están más que dispuestos a seguir sus pasos.

Ese arraigo y sentimiento de pertenencia, colectivo, corporativo y profesional se percibe, apenas te sientas a hablar con ellos. En la mesa, la taza del desayuno del COIAA; en la muñeca de la mano, la pulsera donde se puede leer “Ingenieros Agrónomos”; abierta entre las manos, la agenda del Colegio… La profesión no sólo es una pasión para ellos, sino una vivencia que día a día se hace más fuerte.

"La profesión no sólo es una pasión para ellos, sino una vivencia que día a día se hace más fuerte"

Para Antonio Berlanga “la perseverancia es la clave”. Así Lucía, nos muestra el vídeo donde, con estas palabras, su padre recogía su medalla de oro de la mano del delegado del COIAA en Jaén, Javier Mora. Otros compañeros de profesión recogían su medalla, pero ellos están orgullosos de su padre y de la empresa que comparten. Antonio destaca que “es fundamental no decaer y que hay que aceptar los cambios que vienen y ponerlos en marcha, ya que será lo que les va a dar vida en cualquier momento de su actividad”.

Dedicado a la Ingeniería de proyectos dentro del ámbito industrial y agroalimentario, el sector del olivar conoce muy bien sus trabajos. Son muchas las almazaras que ha levantado, con un diseño funcional e innovador. Desde que estudiaba Bachillerato y COU Antonio lo tenía muy claro. Siempre quiso ser Ingeniero Agrónomo. Por sus padres y el entorno en que se crio. Así, en 1999 fundó AGRO-oleum Ingeniería, la empresa que dirige y que es referente en el sector del olivar. Un amplio equipo de profesionales multidisciplinar y experimentado, lo acompaña en esta andadura; “la mayoría desde sus inicios, como su hijo Álvaro, y otros se han ido incorporando a lo largo de los años, como su hija Lucía”.

En muchas profesiones, la falta de relevo generacional, complica el crecimiento económico y el desarrollo profesional. Sobre todo, por la falta de profesionales que recojan el testigo de sus generaciones precedentes. En el caso de la Ingeniería Agronómica es más que evidente que el mercado laboral demanda este perfil polivalente, para asumir tareas que del campo a la mesa, la hacen una de las profesiones con más futuro profesional en un ámbito fundamental para el ser humano: el de la alimentación.

"En muchas profesiones, la falta de relevo generacional, complica el crecimiento económico y el desarrollo profesional"

Hemos querido conocer su experiencia. Desde el núcleo de la economía olivarera de nuestro país, conocemos ya la siguiente generación de Ingenieros Agrónomos que se tomarán el relevo de su padre, y que seguirán caminando junto a más profesionales especializados: Ingenieros Técnicos, Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, Delineantes, Administrativos y Contables.

Entre proyectos de almazaras, regadíos, mataderos y salas de despieces, bodegas, naves agrícolas, Álvaro y Lucía, aprenden bajo la vasta experiencia de su padre. Nos cuentan cómo es trabajar con él, cómo sus enseñanzas y aprendizaje han calado en ellos, hasta el punto de que Álvaro, a sus 35 años, proyectista, director de obra, y adjunto a Gerencia, nos confirma que “va para ocho años y aunque al principio buscaba tener experiencia para poder ir a probar otras cosas, al final me encantó lo que se hacía en el estudio y aquí me quedé”.

Escuchamos cómo Antonio nos habla de sus inicios; de cómo nada más terminar la carrera de Ingeniería Agronómica, visitó un centro de estudios agrarios “por si podía dar clase de prácticas o entrar a realizar algún postgrado”. A los 40 días de terminar tuvo la posibilidad de hacer un pequeño proyecto de riegos y a los dos meses una pequeña reforma de almazara. “Inmediatamente me colegié y compatibilicé trabajos de proyectos con las clases en un colegio privado de mi ciudad”.

Año y medio después, montó su primer negocio junto a unos socios, un estudio de Proyectos donde convivían distintas ramas de la Ingeniería y que duró 14 años. Tras este proyecto inicial, “ya sin los socios y con todos los trabajadores”, creó su empresa actual, que cumple 25 años”. Especializados en Industria agroalimentaria y riegos inicialmente, han ido ampliando los ámbitosconforme han ido evolucionando las necesidades de las industrias y comunidades de regantes”, así como ofreciendo una importante labor de asesoramiento a sus clientes, muchos de ellos amigos ya.

"Especializados en Industria agroalimentaria y riegos inicialmente, han ido ampliando los ámbitos, conforme han ido evolucionando las necesidades de las industrias y comunidades de regantes"

Equipo consolidado y en sintonía

Un equipo mantenido y consolidado con los años, en total doce personas, componen la empresa. Algunos con más de veinte años de antigüedad, otros con más de quince años y el resto se han ido incorporando más recientemente, lo que indica “que el grado de lealtad y sintonía del equipo es máximo”, y, a pesar de las “distintas sensibilidades” de cada persona, cualquier roce o diferencia se logra superar.

"El grado de lealtad y sintonía del equipo es máximo, cualquier roce se logra superar"

En lo que se refiere al trabajo, Antonio como Gerente, se define como “un coordinador de todo, un poco director técnico, un poco comercial, un poco director financiero, un poco de recursos humanos…”. Destaca que sus hijos, hicieron en la empresa sus Proyectos fin de carrera, ahora trabajan con él día a día. Lucía “tras la realización de un master se marchó a una multinacional del sector de la producción vegetal y ahora ha vuelto”. Álvaro “se ha quedado aquí desde el inicio”, pasando por distintos proyectos, y ejerciendo en la actualidad más como Director de obra de proyectos y parte de la labor comercial; importantísima hoy día para el mantenimiento de nuestros clientes, la competencia y por los distintos campos en que nos movemos”.

Importancia del conocimiento profundo de las personas

Esos años en confianza, se notan, trabajando mano a mano. Cuando le preguntamos a Álvaro ¿cuál es su trabajo en la empresa?, responde que es “un poco chico para todo”, ya que “al final tocas temas de administración, algo de gestión y la parte más técnica”. Desde su rol, tiene claro que está más enfocado en las almazaras, “aunque sin cerrar puertas a nada”.

"Para Álvaro trabajar en la empresa familiar ha supuesto un desarrollo profesional a una velocidad que no cree hubiera podido conseguir fuera"

Asegura que dar el paso de trabajar en la empresa familiar ha sido para él, “un desarrollo profesional a una velocidad que no sé si hubiera podido conseguir fuera y el acceso a unos proyectos de envergadura importante desde muy primera hora”. Tiene claro que “es una suerte poder estar tutelado por una persona con tanta experiencia y tan reconocido en el sector”, como su padre. Y “aunque a veces se mezcle un poco la relación familiar y fuera del trabajo hablemos de trabajo”, pero en general “separamos bien los roles y es un gustazo verlo -refiriéndose a su padre- en plena acción, que es cuando aprovechas para escuchar, apuntar y aprender”.

Ahora trabaja también con su hermana Lucía, y afirma que con ella “es más difícil separar”, y van balanceando lo profesional con lo personal; “tenemos una forma de relacionarnos muy especial entre nosotros y creo que nos beneficia mucho mantenerlo así”. Antonio por su parte señala que “hay que intentar separar ambos ámbitos, y aunque es muy difícil, lo fundamental es mantener el respeto mutuo”. Lucía refrenda las opiniones de ambos, apuntando que “hay que tener muy claro que en el momento que se cruza “la puerta” de la oficina, Álvaro no es tu hermano, o Antonio no es tu padre. Piensa, que la persona que no haya trabajado con algún miembro de su familia, no puede opinar sobre lo que ello significa y conlleva. “Mi opinión es que hay que discernir el ámbito personal y familiar del laboral, pasamos muchas horas al día trabajando juntos, y por ello es fundamental”.

“Lucía opina que es fundamental discernir el ámbito personal y familiar del laboral, al pasar muchas horas al día trabajando juntos”

Lucía, a sus 38 años, es la hermana mayor y compañera, adjunta a Gerencia en la empresa familiar. Sonríe al escuchar a su hermano y a su padre decir estas palabras. Su elección por la Ingeniería Agronómica fue 100% vocacional. “Desde bien pequeña me ha interesado todo lo relacionado con el campo y la alimentación. Mi abuelo es agricultor y mi padre Ingeniero Agrónomo por lo que eso también caló e influyó en mi decisión”. Segura de sí misma, le encanta su trabajo y su carrera, y es contundente diciendo que “volvería a estudiarla una y mil veces”. Ha podido experimentar que es “una profesión muy versátil que tiene unas competencias muy amplias, desde la producción vegetal y animal, hasta la economía rural, pasando por la construcción”.

Asegura que estar 7 años y medio y medio, viviendo su profesión fuera, le ha permitido pasar por diferentes áreas de esa empresa, dedicada a la producción ecológica. Una experiencia que le ha aportado muchísimo tanto a nivel personal como a nivel profesional; y le ha permitido adquirir conocimientos técnicos, habilidades con las personas, el gestionar y llevar un equipo, el trabajar bajo indicadores de productividad… “Nunca me había planteado durante su formación académica trabajar en ese ámbito”, y “me ha servido para amar y valorar la producción vegetal, que es una rama muy sacrificada, y que hoy en día no está lo suficientemente valorada”.  Presume de que su familia siempre la ha apoyado en todas las decisiones que ha ido tomando. Destaca la frase de sus padres: “Cuando quieras y como quieras”.

He vuelto a trabajar a un lugar donde hay un equipo de personas más que consolidado”, asevera, “que llevan mucho tiempo trabajando juntos, y donde todos son profesionales muy competentes”. Aunque se siente un poco “intrusa”, está conociendo en profundidad el trabajo que hace cada persona, coordinándolos para que los proyectos y trabajos salgan delante de la mejor manera posible, y eliminando la parte de los procesos que no aporta valor ni al proyecto final, ni al cliente.

Lucía se sincera, y aunque reconoce “que al principio de mi incorporación tenía mucha prisa por hacer muchas cosas y muchos cambios, al cabo de unas semanas me di cuenta que al final la que te tienes que moldear para encajar en ese engranaje, y las prisas desaparecen”.

Importancia del COIAA

Álvaro confiesa que formar parte del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Andalucía le aporta seguridad y tranquilidad “principalmente mediante los visados”; porque “sabes que tu trabajo está revisado y te sientes respaldado, además del sello de calidad que aporta”. Asegura que también le interesa la continua oferta de formación que ofrece.  Su padre dice que “está muy claro que si no existiera el Colegio habría que inventarlo. Para solucionar problemas comunes, el más evidente el Seguro de Responsabilidad Civil Profesional, además de para influir y darse a conocer a la sociedad. Aunque quizá aquí tenemos que hacer algo más y mejorar, para adaptarnos a los cambios que vienen será imprescindible el Colegio”.

"Formar parte del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Andalucía le aporta seguridad y tranquilidad, principalmente mediante los visados y el Seguro de Responsabilidad Civil Profesional”

Para Lucía, el COIAA aporta a nivel profesional, la seguridad y fiabilidad imprescindibles a nivel de visados de todos los proyectos y trabajos. Destaca además que “el Colegio ahora está más implicado en dar a conocer la profesión, divulgarla y apoyar a recién titulados. Pone en valor el desempeño del Ingeniero Agrónomo, por ejemplo, luchando porque tengamos un salario justo controlando mucho las ofertas de trabajo que llegan al Colegio y que difunden a los colegiados. Así como intentar hacer ver a las administraciones que nuestro trabajo es fundamental para que salgan adelante muchas inversiones en zonas rurales”.

“El Colegio ahora está más implicado en dar a conocer la profesión, divulgarla y apoyar a recién titulados"

Visión de futuro

Para Álvaro, su visión de futuro en la empresa es ampliar los territorios de actuación, ya que, “actualmente el cultivo del olivar se está expandiendo por casi toda España y a una gran cantidad de países”. Asegura que la experiencia en riegos y almazaras que poseen, “puede aportar un gran valor para esos nuevos productores”. Asimismo, la expansión de la empresa, está encaminada también a “otros cultivos e industrias para no encorsetarnos”. Lucía habla del relevo generacional dentro de la gerencia de la empresa, que también debe reciclarse y ofertar servicios que nos pueden demandar, que aportan valor y por supuesto que antes no se ofertaban. Es momento de que nuestros clientes, vean que existe una línea de continuidad en la empresa, que cuando mi padre decida dar un paso atrás, vamos a seguir haciendo nuestro trabajo lo mejor posible y dando el mejor servicio como siempre.

Ambos animan a otros jóvenes como ellos a dar el paso, teniendo en cuenta que cada persona tiene sus inquietudes y sus circunstancias. Y, aunque -según Lucía- todos los trabajos y actividades requieren un esfuerzo, que tengan claro que decantarse por seguir con una empresa familiar, requiere un mayor esfuerzo y contribución, siendo “muy bonito y trabajar con quién mejor te conoce”. Hoy los jóvenes buscamos más la calidad de vida, y apostar por seguir con un negocio familiar no es fácil, “siempre va a haber comparaciones, pero que hay que trabajar y luchar mucho por mantener y mejorar la actividad, siendo fundamental que te dejen hacer”.

Su hermano coincide en que “es muy bonito continuar con una labor que tanto esfuerzo, tiempo y dedicación ha supuesto a tu familia”, y qué menos que hacerlo con “fuerza e ilusión, sin conformarse, haciéndolo propio e intentando que suba a otro nivel”.

 “Es muy bonito trabajar con quién mejor te conoce y continuar con una labor que tanto esfuerzo, tiempo y dedicación a supuesto a tu familia”

Los jóvenes y la carrera de Ingeniería Agronómica

Lanza un mensaje a quienes se están pensando hacer una carrera de Ingeniería, les empuja a que “no se desanimen”, pues por su experiencia, “es una carrera muy bonita con mucho margen de actuación y áreas para trabajar; donde seguro encuentran un nicho que se les ajusta como un traje”. En su caso, tenía claro que “iba a hacer una ingeniería y fui descartando aquellas que no me llamaban la atención o directamente no me seducían. Supongo que al final, haber vivido lo que es la profesión en casa fue primordial”. Además, “la amplitud de formación y conceptos que ofrece nuestra Ingeniería a mi juicio no tiene parangón. Esa versatilidad supone que tengamos un margen de movimientos, actuaciones y una cantidad de herramientas que nos hacen diferenciales en nuestro día a día”. Y… “sólo hay que ver los índices de empleabilidad que tiene”.

"El legado que dejo a mis hijos es el trabajo que se ha ido haciendo durante cuarenta años y no puedo negar que me gusta que mis hijos quieran seguir con lo creado"

Los tres sonríen al recordar algunas anécdotas y Antonio concluye que el legado que deja a sus hijos es “el trabajo que  se ha ido haciendo durante estos cuarenta años, y eso es lo que quiero transmitirles: la forma de trabajar, el trato a los clientes y creo que serán capaces de mantener la empresa formada, adaptándose a los tiempos que vengan… No voy a negar que me gusta que mis hijos quieran seguir con lo creado.